Erick Erickson, psicoanalista austriaco de mediados del siglo XX, empleaba el término ego-identidad para referirse a las situaciones que enfrentan las y los adolescentes en esta etapa de redescubrimiento, viéndolo como un sentimiento de continuidad. A partir de la difusión masiva de información mediante las redes sociales y los medios de comunicación, las y los adolescentes reciben diversos estímulos, por ejemplo, ideas, conductas, estilos de vida, etcétera. Tienen acceso a realidades distintas a las de su entorno. Este tipo de información da la pauta a aspiraciones en la vida, así como a un sinfín de oportunidades y posibilidades. En conjunto, los aspectos anteriores tienen influencia en la configuración de su identidad. Por ejemplo, hay campañas publicitarias, retos o aplicaciones que se ponen de moda y se vuelven una generalidad, hacen sentir la necesidad de ser parte de algo o de un grupo. Las redes que nos enredan. Presta atención y toma notas sobre los siguientes puntos que se sugieren para implementar acciones que te permitan ejercer una postura crítica frente a los contenidos que pueden influir en la construcción de tu identidad: Cuestiona la información que recibes. Si es una noticia, tienes que verificar si proviene de una fuente confiable, o bien, corroborarla en otros espacios informativos.
Pero lo que intentan es convencer para poder ser infieles. Ten presente que nunca se sabe con quién puedes estar hablando. Los peligros de las relaciones cibernéticas aumentan cuando la vida real no es satisfactoria, ya que se busca lo que no se ha conseguido en la realidad. Si uno de los dos ve algo que le incomoda, que no le gusta, al no estar cara a cara pueden empezar las desconfianzas. Y de ahí algo tan peligroso como el control.
De esas de algodón que se pueden poner con cualquier prenda. Son cómodas y suaves, pero cero eróticas. Así que, por favor, fíjate en él. Avisado quedas. Todas tienen una vena rebelde, pero no tanto como para ir en contra de ciertas directrices sociales. Aquellas que dicen que una mujer no tiene vello corporal. De pronto te presentas en su casa y ella asegura que tiene que ir al baño para refrescarse un poco. No es que vaya a hacer una limpieza exhaustiva de su apartamento ni mucho menos.
Igual que el protagonista de su ópera prima, Francisco Ortega nació en Victoria, una ciudad ubicada al sur de Chile con helados vientos en invierno y sofocantes aires de verano. El año: Creció nadando en medio de dos corrientes teológicas. Su madre era evangélica y su padre católico. Sin embargo, se alejó de la religión a los 15 años, cuando un cura le recriminó por ir a misa con una franela de Pink Floyd.